José Luis Mosquera Rubín es desde hace poco tiempo el nuevo presidente de la asociación canguesa Emburria. Guarda de los Picos de Europa de profesión, la llegada de la pequeña Lucía a su vida motivó la vinculación de este cangués con este tipo de colectivos.

-Pues no hace mucho, más o menos desde principios de este año. Desde que la asociación amplió los servicios y la atención a niños más pequeños. Yo tengo una hija, Lucía, de nueve años, afectada de Síndrome de Rett y por ella empezamos a formar parte de este colectivo. Antes la niña no encajaba con lo que era la estructura de Emburria, pero ahora ya se ha ampliado a otros muchos cuadros de enfermedad, niños con trastornos de desarrollo y ese tipo de cuestiones.

-¿Cómo surge la idea de ponerse al frente de la asociación?

-A principios de verano entré a formar parte de la junta directiva, siempre muy a gusto con el trabajo a desarrollar. Llegó el momento en que tocaba renovar esa junta y varios de los miembros me propusieron ponerme al frente de la misma. No podía decir otra cosa que no fuera un sí.

-¿Qué proyectos tiene para esta nueva etapa?

-Queremos mantener lo que ya está en marcha, que no es poco, y más con la situación actual de recortes, actuaciones paralizadas y todo ese tipo de cosas, y seguir creciendo. Con la apertura de la sala de multiestimulación, que se puso en marcha este verano, se va a empezar a hacer una campaña de captación por los colegios para ofrecerla a niños no sólo con problemas de discapacidad, sino con cualquier otro tipo de trastornos, ya que la sala puede ofrecerles una buena base para su tratamiento. También queremos seguir con el piso tutelado, con todo lo que ello implica, ya que es un esfuerzo económico muy importante para la asociación. Queremos abrirnos también a toda la comarca, acercarnos a la ciudadanía en general y que nos conozcan mejor.

-La asociación tiene un proyecto para editar una guía turística que indique los espacios más accesibles de Cangas. ¿Cómo está ese proyecto? ¿Se podría ampliar a otros concejos?

-Mentiría si no dijera que desconozco los detalles de ese proyecto. Sí que había escuchado hablar de él y me parece muy buena iniciativa. La situación económica no justifica que no se trabaje en la eliminación de las barreras arquitectónicas Hay que aspirar siempre a lo máximo, no se puede dar un paso atrás.

-¿Es buena la implicación de la administración local y de la regional en esta causa?

-Hay implicación pero nunca la suficiente. Se agradece el esfuerzo que todas las administraciones realizan pero nunca llega a ser bastante para cubrir todas las necesidades. Nosotros como parte de la asociación, y como padres, creemos siempre que todo es poco. Pero estamos contentos con su papel, tanto en el ámbito local como en el regional. Entendemos que la situación es la que es y que ellos también tiene que asumir sus cuentas y recortar lo necesario.

-¿Qué carencias hay en la sociedad actual para con la discapacidad?

-Todo lo que es servicios de día, centros de atención, todo ese tipo de plazas de educación especial ofertadas en colegios públicos, donde últimamente se está recortando bastante en cuanto a profesionales que están pasando de jornada completa a media jornada, con todo lo que eso implica. En ese sentido sí que hay bastantes carencias. El resto es cosa nuestra. Cualquier movimiento que se haga para la ayuda de estas causas tiene que partir de los propios interesados, y así lo entendemos. Somos nosotros mismos los que tenemos que mirar para adentro, ver qué fallos podemos estar cometiendo y en qué se puede mejorar para favorecer nuestra causa.