Los más grandes proponen la creación de una residencia en Ribadesella
Patricia MARTÍNEZ
La asociación se llama «Los Más Grandes» por una expresión que se utilizaba antes para indicar más edad y llevan diez años reclamando un local mayor. La Asociación de Pensionistas y Jubilados de Ribadesella «Los Más Grandes» es la más antigua del Oriente, y su presidente, José Ramón Avín Canda, tiene «muchísima ilusión» puesta en el nuevo centro de mayores, que se está construyendo en el edificio conocido como «La Pantera Rosa». Lleva ocho años en el cargo y también le gustaría que se hiciera una residencia de mayores en el municipio. Para este equipamiento, Avín propone la parcela de la panadería Maos, a 500 metros de la playa en dirección a Tereñes. Esto, en el caso de que «hubiera dinero. Si no, podría hacerse una residencia menor aprovechando las antiguas escuelas de Xuncu, donde se hizo una edificación para habitaciones que ahora está abandonada», añadió. Asu juicio, «el futuro pasa por que la gente mayor disfrute de los últimos años de su vida sin salirse de su entorno. Puedes estar en una buenísima residencia; pero si estás alejado de tus seres queridos, te mueres de pena», indicó.
La asociación aún conserva un documento que acredita su nacimiento, aunque no oficial, en 1958. Se trata de una carta en la que les informan de que los estatutos deben estar «debidamente firmados», algo que llegó en 1982. Un año antes, en 1981, estrenaban otro de los requisitos que en el mismo documento les pedían para legalizarse: un local. Entonces se instalaron en un lateral de la plaza de abastos, desde donde hoy siguen con gran atención el transcurso de las obras de acondicionamiento del antiguo parvulario, que se convertirá en el Centro para la Prevención de la Dependencia, como lo bautizó la anterior Corporación. A la actual, liderada por Foro Asturias, le ofrecen «toda la colaboración para todo lo que haga falta» y esperan firmar «un convenio en las mismas condiciones que tienen otras asociaciones de Asturias» para la utilización del nuevo centro, al que aún no saben cuándo se trasladarán.
Hace treinta años, el local de la plaza de abastos «fue una bendición» pero hoy, cuando han alcanzado los 900 socios, en torno al noventa por ciento de los mayores del municipio, «se queda pequeño, obsoleto y sin servicio», señala Avín. La cuestión del tamaño no es menor para «Los Más Grandes», ya que a menudo tienen lista de espera en sus actividades y no pueden fletar más de dos autobuses en las excursiones porque no hay hoteles y restaurantes con capacidad para tantas personas. Éste es un asunto que les afecta cuando salen fuera y que también observan cuando otros mayores visitan el municipio. «Hay pocos hoteles con tantas habitaciones», apunta Avín, que explica que los pensionistas que visitan el Oriente suelen alojarse en Arriondas y Cangas de Onís, con parada obligatoria en Ribadesella.
La orientación para estos visitantes es otra de las propuestas que «Los Más Grandes» hizo al nuevo equipo de gobierno local. «Propusimos colaborar en un voluntariado para acompañar a los turistas mayores y enseñarles la ermita de Guía o las huellas de dinosaurios», señala Avín antes de lamentar que «muchos se van con la idea de que la playa de Santa Marina es pequeña».
El presidente de «Los Más Grandes», que también representa a los pensionistas riosellanos en la Federación de Asociaciones de Mayores del Principado de Asturias (Fampa) y en el Consejo de Mayores, hace hincapié en la aportación que supone el colectivo «en la generación de riqueza y en el mantenimiento de puestos de trabajo. En temporada baja es lo que más se ve». Contribuyen con la economía y trabajan por la felicidad de sus semejantes mientras piden «a la gente joven que nos apoye porque los logros de hoy son también para ellos, mañana», explica Avín, mientras echa la vista treinta años atrás: «Quién me iba a decir a mí que hoy iba a estar disfrutando este hogar del pensionista». Para el presidente del colectivo, la consideración de los mayores en la sociedad ha cambiado en estas tres décadas. «En aquellos años, los abuelos tenían la mejor silla, el mejor sitio y la mejor tajada de comida. Hoy, poco tiempo después, esos valores se están perdiendo y el abuelo estorba en todos los sitios».
La asociación se llama «Los Más Grandes» por una expresión que se utilizaba antes para indicar más edad y llevan diez años reclamando un local mayor. La Asociación de Pensionistas y Jubilados de Ribadesella «Los Más Grandes» es la más antigua del Oriente, y su presidente, José Ramón Avín Canda, tiene «muchísima ilusión» puesta en el nuevo centro de mayores, que se está construyendo en el edificio conocido como «La Pantera Rosa». Lleva ocho años en el cargo y también le gustaría que se hiciera una residencia de mayores en el municipio. Para este equipamiento, Avín propone la parcela de la panadería Maos, a 500 metros de la playa en dirección a Tereñes. Esto, en el caso de que «hubiera dinero. Si no, podría hacerse una residencia menor aprovechando las antiguas escuelas de Xuncu, donde se hizo una edificación para habitaciones que ahora está abandonada», añadió. Asu juicio, «el futuro pasa por que la gente mayor disfrute de los últimos años de su vida sin salirse de su entorno. Puedes estar en una buenísima residencia; pero si estás alejado de tus seres queridos, te mueres de pena», indicó.
La asociación aún conserva un documento que acredita su nacimiento, aunque no oficial, en 1958. Se trata de una carta en la que les informan de que los estatutos deben estar «debidamente firmados», algo que llegó en 1982. Un año antes, en 1981, estrenaban otro de los requisitos que en el mismo documento les pedían para legalizarse: un local. Entonces se instalaron en un lateral de la plaza de abastos, desde donde hoy siguen con gran atención el transcurso de las obras de acondicionamiento del antiguo parvulario, que se convertirá en el Centro para la Prevención de la Dependencia, como lo bautizó la anterior Corporación. A la actual, liderada por Foro Asturias, le ofrecen «toda la colaboración para todo lo que haga falta» y esperan firmar «un convenio en las mismas condiciones que tienen otras asociaciones de Asturias» para la utilización del nuevo centro, al que aún no saben cuándo se trasladarán.
Hace treinta años, el local de la plaza de abastos «fue una bendición» pero hoy, cuando han alcanzado los 900 socios, en torno al noventa por ciento de los mayores del municipio, «se queda pequeño, obsoleto y sin servicio», señala Avín. La cuestión del tamaño no es menor para «Los Más Grandes», ya que a menudo tienen lista de espera en sus actividades y no pueden fletar más de dos autobuses en las excursiones porque no hay hoteles y restaurantes con capacidad para tantas personas. Éste es un asunto que les afecta cuando salen fuera y que también observan cuando otros mayores visitan el municipio. «Hay pocos hoteles con tantas habitaciones», apunta Avín, que explica que los pensionistas que visitan el Oriente suelen alojarse en Arriondas y Cangas de Onís, con parada obligatoria en Ribadesella.
La orientación para estos visitantes es otra de las propuestas que «Los Más Grandes» hizo al nuevo equipo de gobierno local. «Propusimos colaborar en un voluntariado para acompañar a los turistas mayores y enseñarles la ermita de Guía o las huellas de dinosaurios», señala Avín antes de lamentar que «muchos se van con la idea de que la playa de Santa Marina es pequeña».
El presidente de «Los Más Grandes», que también representa a los pensionistas riosellanos en la Federación de Asociaciones de Mayores del Principado de Asturias (Fampa) y en el Consejo de Mayores, hace hincapié en la aportación que supone el colectivo «en la generación de riqueza y en el mantenimiento de puestos de trabajo. En temporada baja es lo que más se ve». Contribuyen con la economía y trabajan por la felicidad de sus semejantes mientras piden «a la gente joven que nos apoye porque los logros de hoy son también para ellos, mañana», explica Avín, mientras echa la vista treinta años atrás: «Quién me iba a decir a mí que hoy iba a estar disfrutando este hogar del pensionista». Para el presidente del colectivo, la consideración de los mayores en la sociedad ha cambiado en estas tres décadas. «En aquellos años, los abuelos tenían la mejor silla, el mejor sitio y la mejor tajada de comida. Hoy, poco tiempo después, esos valores se están perdiendo y el abuelo estorba en todos los sitios».