La biblioteca de Villamayor acoge hasta hoy una colección de juguetes antiguos
La ilusión por un juguete es algo que siempre ha acompañado a los niños de cualquier época. Evidentemente, las formas que esos juguetes han adoptado a lo largo de las décadas también han variado de forma radical y aquello que hace años podría parecer absolutamente fabuloso a los más pequeños, en la actualidad podría resultarnos inocente o poco interesante. Sin embargo, la enorme carga emotiva, el inmenso tesoro en forma de recuerdos que representan estos sencillos artilugios, hacen que su valor se haya incrementado con el paso de los años. Y así han llegado hasta el presente, hasta esta época en la que la electrónica logra crear mundos completamente inimaginables hace unos años, representados en planas pantallas llenas de color y relieves tridimensionales.
Para que todos los podamos contemplar, la localidad de Villamayor ha impulsado una muestra que recoge varias decenas de estos juguetes de antaño, llenos de sencillez pero, a la vez, rebosantes de ingenio. La muestra 'Juguetes para el recuerdo' es un acercamiento al mundo de los más pequeños, pero a la vez, supone un recorrido por la industria juguetera española, con marcas que a todos nos resultarán familiares, como Rico o Payá. Si nos fijamos en las técnicas y materiales de fabricación podremos seguir, igualmente, la progresión y los cambios sociales, científicos y técnicos, sufridos por nuestra sociedad.
Araceli Fernández, encargada de coordinar la muestra expuesta hasta hoy en la biblioteca del centro social, destaca la dificultad de la selección entre tantos y reconoce la gran labor realizada por los hermanos Vicente y Antonio García Frías, dueños de la colección. «Se nota que realizan esta labor con mucho cariño y nos explican cómo lograban algunas de estas piezas, visitando directamente las fábricas, y adquiriendo muchas piezas en diferentes lugares de España y del extranjero», comenta.
La selección está formada por elementos que eran muy comunes en los hogares del pasado siglo XX como los automóviles de hojalata, trenes y aviones litografiados, peponas de cartón piedra, cocinitas, pequeños instrumentos musicales y aquellos primeros juguetes de inyección de plástico que, a partir de la década de los cuarenta, comenzarían a sustituir a los fabricados en hojalata. «Muchos de estos juguetes son nuevos e incluso están en sus embalajes originales, mientras que otros juguetes están usados».
Por la exposición también están pasando muchos chavales de este siglo XXI, lleno de televisión, videojuegos y cine en tres dimensiones. Aunque parezca extraño, también muestran interés y se divierten con ellos. Quizá las cosas no han cambiado tanto como nos parece.