La sede de los pensionistas locales, aglutinados en su mayor parte en la Asociación de Jubilados «Los Más Grandes» de Ribadesella, será una realidad en unos meses. Las obras comenzarán en unos días.

En la parcela del edificio conocido popularmente como «La Pantera Rosa» ya hay varias casetas de obra instaladas para el inicio de unos trabajos que tienen como misión convertir el edificio del antiguo parvulario en una moderna sede para los mayores del concejo. Será en los próximos días. Es una espera ya insignificante para los miembros de la Asociación de Pensionistas y Jubilados «Los Más Grandes» de Ribadesella, que llevaban más de una década reivindicando un centro en el que desarrollar su actividad.

Esta antigua reivindicación ha sido atendida y este colectivo que suma unos 800 socios y que fue uno de los primeros que se crearon en el oriente asturiano, disfrutará en unos meses de su sede, ya que los trabajos se proyecta ejecutarlos en un máximo de cuatro meses. Actualmente el club tiene un local en la plaza de abastos.

El proyecto para la construcción del centro contempla la adecuación de las cuatro salas que antes eran las aulas del ciclo de Infantil en espacios con diversos fines y la ampliación del edificio para construir una sala muy espaciosa para, principalmente, albergar los actos sociales y culturales que impulsan los jubilados locales durante todo el año, como bailes, festivales o talleres de gimnasia. Sala de lectura, un aula polivalente y cafetería son otros de los espacios que el futuro equipamiento brindará a los jubilados locales. «El fin de impulsar este proyecto fue escuchar a nuestros mayores, que llevaban años reclamando un centro así para poder realizar su trabajo y la celebración de sus numerosas actividades. Potenciar que nuestros mayores sigan con sus vidas y proyectos evita su dependencia y en este centro se responderá a esas necesidades planteadas», destacó Francisco Vázquez, primer teniente de alcalde de Ribadesella.

La construcción del nuevo centro tiene un presupuesto de 325.000 euros, que financian principalmente la Consejería de Bienestar Social y el Consistorio riosellano, impulsor del proyecto.